Seminario de Apreciación Artística

Fundación Cultural Grupo Salinas
Instituto Nacional de Bellas Artes

Cuando se habla de Arte y, por consiguiente, de los principios que rigen a la apreciación estética, muy raras veces se menciona a la forma pura libre de asociaciones interpretativas y dentro de la cual, aparecen los elementos reales de la armonía, el equilibrio, el balance.

El seminario de Apreciación Artística tiene como finalidad hacernos darnos cuenta de los distintos paradigmas de significación contenidos en la imagen denominada “estética”, no sólo para acercarnos a su interpretación consciente, sino también, para poder generarla con eficacia. Estos paradigmas son:

  1. El código perceptivo. Es un estudio de las características físicas propias de la imagen, de su construcción visual, y las relaciones que se establecen entre sus partes, como si solamente se tratara de un conjunto de manchas informes distribuidas u organizadas de cierta manera. La composición plástica, de hecho, se basa exclusivamente en la forma en que las manchas han sido seleccionadas y organizadas para producir un impacto estético y afectivo. De hecho, el puro ordenamiento de las formas es generador de significados.
  2. El código icónico o “condición de lo enunciado” (lo que es mostrado por la imagen) implica que ciertos ordenamientos de las formas generan, mediante la asociación y el agrupamiento, la identificación de figuras preexistentes, debido a su conexión con el acervo cognoscitivo y experiencial del observador.
  3. El código iconográfico o “condición de la enunciación” (aquello que originó la imagen con su caracterología específica) implica un acercamiento a las condiciones situacionales que forjaron esa imagen en un lugar y en un tiempo determinados y como resultado de procesos de investigación realizados por su creador.
  4. El código interpretativo o condición socio cultural de la realización y de la observación, que implica el análisis de las condiciones de emisión y recepción del contenido asociado a la imagen en sus distintos niveles y las sensaciones y/o emociones que derivan de ella: afirmación, inquietud, narrativa, cuestionamiento, imaginación, deseo, etc. La belleza, pues, no es una propiedad intrínseca de las imágenes, sino una dinámica que se ejerce entre los códigos de la imagen y las condiciones de su percepción.

No es posible integrar a profundidad el significado de las imágenes creadas y, mucho menos, producirlas, si no se toman en cuenta de manera consciente todas las implicaciones que derivan de estos códigos de los que trata el seminario.