Cambiar la temperatura de un esmalte
Con mucha frecuencia aparece – especialmente en las revistas de cerámica – el cuestionamiento sobre si un esmalte puede cambiarse de temperatura. En un artículo anterior se trató un caso en el que no es posible hacerlo puesto que el acabado final requiere de un calentamiento mínimo de cono – 8.
Aunque se trata de un procedimiento muy elaborado (se requiere de mucho conocimiento y experiencia), vamos a tratar aquí, un caso en el que sí es posible lograrlo.
Para comprender este fenómeno es indispensable conocer qué sustancias simples componen un esmalte, qué características poseen y qué efectos producen dentro de la mezcla que habrá de convertirse en vidrio.
Los esmaltes cerámicos están compuestos, en su mayoría, por óxidos de distintos elementos de la tabla periódica. Dependiendo del tipo de óxido de que se trate, su función va a ser distinta. De esta manera podemos mencionar tres tipos distintos de óxidos:
Los materiales que determinan la apariencia final del esmalte son los óxidos alcalinos. Si queremos mantener esta apariencia, el contenido y proporciones de estos óxidos no deben variar.
La combinación entre los óxidos neutros y los ácidos, determinan el grado de dureza del vidriado. Mientras más elevados son, más duro es el esmalte y mayor es la temperatura requerida para fundirlo.
Una convención general para los esmaltes comunes es que: “cuando la cantidad de sílice (SiO2) es diez veces mayor que la cantidad de alúmina (Al2O3) el esmalte tiende a ser brillante de superficie y transparente en su cuerpo.
Por ello podemos afirmar que, si aumentamos las cantidades de alúmina y sílice manteniendo la proporción (1:10) el esmalte necesitará más temperatura; por el contrario, si disminuimos estas cantidades, el esmalte necesitará menos temperatura para fundir correctamente.
Citamos el siguiente ejemplo.
Podemos considerar ahora que, si las proporciones de la alúmina y la sílice aumentan, ello equivaldría a una disminución en porcentajes de los óxidos alcalinos, de manera que las fórmulas en Mol expresadas en la tabla anterior se traducen a materias primas en las proporciones siguientes: