Historias de feldespatos

Aproximadamente el 64 % de la costra rocosa de la Tierra está formada por minerales que se han estructurado en una red tridimensional de grupos tetraédricos de sílice (SiO4). Estos minerales pertenecen al grupo de los tectosilicatos en los que todos los iones de oxígeno de cada tetraedro SiO4 son compartidos con otros tetraedros vecinos. Esto da como resultado una estructura estable, fuertemente unida cuya relación de Si: O es 1:2.

La sílice, en todas sus variedades cristalinas, conforma un subgrupo perteneciente a los tectosilicatos; y lo mismo sucede con los feldespatos.

La mayoría de los feldespatos comunes pueden incluirse dentro del grupo mineralógico KAiSi3O8 (llamado ortoclasa o feldespato potásico), NaAlSi3O8 (llamado albita o feldespato sódico, y CaAl2Si2O8 (llamado anortita o feldespato cálcico). En la naturaleza, muy raras veces aparecen puros y generalmente son combinaciones relativas entre ellos. La serie que se conforma entre la ortoclasa y la albita se conoce como “serie de los feldespatos alcalinos”, y aquella que conforman la albita y la anortita, reciben el nombre de “serie de la plagioclasa”. En mineralogía, cada combinación distinta entre ellos recibe un nombre especial y se expresa en porcentajes molares de cada uno; por ejemplo, Or20Ab75An5. Los feldespatos de bario, como el celsián y el hialófano son relativamente raros.

 

Cuando trabajamos en el campo de la cerámica clásica, es decir, la alfarería, utilizamos principalmente aquellos materiales que pertenecen a la serie de los feldespatos alcalinos debido a que su punto de fusión resulta conveniente para los rangos de carreras caloríficas típicas que oscilan entre los conos 6 y 12. Los feldespatos pertenecientes al grupo de la plagioclasa son demasiado duros, es decir, que su punto de fusión es demasiado elevado y no los podemos utilizar como fundentes.

NOTAS IMPORTANTES PARA TOMAR EN CUENTA: muchos de los comercios especializados en materias primas para la cerámica desconocen las propiedades y composiciones exactas de los materiales que venden. Por esta razón, podemos toparnos con las siguientes circunstancias.

  1. El feldespato que se comercializa como “feldespato sódico” es, en realidad, feldespato sódico – potásico, principalmente, del tipo de la anortoclasa. No se alarme si pide feldespato sódico – potásico y le responden que no hay o que no lo trabajan. Lo mismo se aplica en el caso contrario. Tampoco piense que le tratan de engañar; muchos de los empleados que le atenderán desconocen estos pormenores. El uso de cualesquiera de los feldespatos de este tipo es prácticamente el mismo para todos los casos en la fabricación de vidriados.
  1. La eutéctica que forman el sodio y el potasio desploma ligeramente la viscosidad y el punto de derretimiento del feldespato. Por esta razón no se recomienda su uso en las pastas cerámicas de muy alta temperatura; pero cuando se trata de esmaltes, cualquier feldespato alcalino puede utilizarse indistintamente, aunque para aquellos esmaltes que llevan 4% o más de hierro o de cobre – que actuarán también como fundentes – se recomienda el uso de la ortoclasa (feldespato potásico) pues produce un tipo de vidrio más viscoso que las variedades que contienen sodio; con ello disminuimos el riesgo de escurrimientos.
  1. Para la formulación de pastas de gres y de porcelana, el uso de ortoclasa (feldespato potásico) es indispensable. Curiosamente, se produce este feldespato de gran pureza. La cantidad de contaminantes de sodio y/o calcio que pudiera contener como impureza, es despreciable.
  1. Procure hacer sus pruebas y su obra con aquellos materiales que se consigan fácilmente en su localidad, así no correrá el riesgo de quedarse sin suministro.